LA AVENTURA POLÍTICA DE LOS DOS PATITOS Capítulo Primero

Presentación en sociedad de los dos patitos…

Me citan para las diez de la mañana en el hotel Sheraton. En dicho lugar se llevaría a cabo una conferencia de prensa para presentar a los candidatos al Congreso. Hasta ese momento era la lista con más opción de ganar la elección presidencial, por lo que la cobertura por parte de los medios de prensa estaba asegurada.

Llegué a las diez y quince minutos de la mañana. Para variar, un tráfico espantoso me llevó a quedar atrapada en el zanjon, mientras observaba como pasaba raudo el Metropolitano. Me recriminaba por dentro de no haberlo tomado.

Aún así, preparaba una agenda mental de los que serian mis primeros días de campaña. No quería perder ni un minuto. Sentía que la carrera iba a ser muy corta y que debía tener todo listo.

Al subir por el ascensor al salón – lugar donde se llevaría a cabo la conferencia - noté entre los asistentes muchas caras nuevas. Por lo demás, lo que ya se esperaba. Es decir, muchos medios de comunicación esperando ansiosos saber el más importante misterio. Quién sería el candidato N° 1 de la Lista.  Por cierto, también les interesaba saber quiénes serían los otros personajes que integrarían la lista, pero para desmenuzarla y encontrar los “anticuchos” de cada uno de los candidatos.

Finalmente llego y saludo a las personas que conocía - que para ese momento eran las menos, ya que la mayoría eran caras nuevas. Se trataba de candidatos invitados de otras agrupaciones políticas e independientes que habían encontrado un espacio para participar en la contienda electoral.

Luego de observar a mi alrededor, me siento en una silla en el fondo. Siempre he visto y reprochado a los personajes que en ocasiones como estas, matan por estar adelante y que la cámara los enfoque.  

Pero también existen personajes de otro tipo, entre los cuales me ubicaba yo, que son los que básicamente nos ponemos atrás. En aquel lugar en el que probablemente ninguna cámara te va a ver. Y, sinceramente,  estamos tranquilitos y cómodos en aquel recóndito lugar, haciendo acto de presencia o bulto, como se quiera.

Sin embargo, ubicada en mi posición, fui llamada para pasar a la parte de adelante. Accedí pero sólo estuve en el lugar privilegiado hasta que aparecieron  los candidatos adictos al “close up”  - no precisamente a la pasta dental - y me empezaron a empujar hacia atrás. Sin dar mayor pelea, me volví a recoger hasta la parte de atrás.

A los pocos instantes, nuevamente fui llamada para ubicarme adelante, esta vez con la orden estricta de no moverme de ese lugar. Así que, obediente yo, permanecí adelante paradita y sonriente desde el inicio hasta el fin de la presentación en público de los candidatos al Congreso.

Para mí esto era una simple formalidad. Lo que realmente esperaba que sucediera  era que una vez terminada la presentación, los reporteros buscaran conversar con los personajes principales de la trama. Sin lugar a dudas, serian los congresistas-candidatos y los postulantes más conocidos.

Terminada la conferencia ocurrió lo esperado. Los más experimentados en estos menesteres políticos se quedaron como haciendo tiempo. Entretanto, la prensa pasaba de un candidato a otro (de los conocidos por cierto) en busca de la frase que funcionaria bien para el reportaje del día.

Yo, sin embargo, con cero experiencias en este tipo de cosas, agarre mi mochila dispuesta a retirarme. La verdad, estaba más preocupada de lo que tendría que pagar en el estacionamiento que de otra cosa.

Me disponía a salir, cuando vi a la distancia a un amigo al que no veía hacia un buen tiempo. Desde el otro extremo del pasillo me hizo la señal de la victoria con los dedos y yo, con el extraño sentido del humor que tengo, no tuve mejor idea que sacarle la lengua como si fuera una niña de seis años.

Fue en ese preciso momento que me percaté que unos reporteros del canal 4 venían hacia mí, con la cámara encendida. Sin lugar a dudas, en aquel momento ya tenían un primer plano de mis amígdalas.

Continuará….

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