Hace algunos años cuando yo era aun menor de edad fui una noche a la esquina de la tv a ver a un amigo que tocaba en una banda de rock y que se presentaría esa noche en el show de Jaime Bayly.
A la salida del canal y siendo que eran más de las 12 de la noche, estábamos los tres que habíamos ido juntos al canal, buscando una manera de volver a Barranco.
Cuando a uno de nosotros se le ocurrió pedirle a Bayly que nos jale, el vivía a unas cuadras de donde yo lo hacía en ese momento en Barranco, así que se lo pedimos y acepto, nos jaló a Barranco muy amablemente
a 200 kilómetros por hora en un carro Volvo que tenia por esa fecha.
De hecho me pareció una persona de personalidad extraña, pero a esa edad uno no le da mucha importancia a eso, han pasado alrededor de 15 años de este hecho y cuando veo su programa ahora se me ocurre pensar que si se diera la misma situación con el Bayly de ahora, ni se nos ocurriría pedirle que nos jale y creo estar segura que de ninguna manera lo haría.
Algo le ha pasado, pero no se le ve contento, sino atormentado, no se burla alegremente de todos sino que odia a todos, no es gracioso es hiriente, dañino y malévolo.
Lo que el tenia a su favor, esa distancia probablemente real de quien es ajeno a las situaciones porque no lo afectan, del que ve los problemas desde afuera, eso lo ha perdido ha entrado en el colectivo, no en el de Barba, ni en el de Kouri, o el de alguien más, se ha subido a la combi de los políticos ansiosos y atormentados que no soportan una crítica, que se creen perfectos y que piensan que deben seguir a ojos cerrados las reglas del arte de la guerra y destruir al enemigo, y demás reglas absolutas, nada es más importante que el poder, lo demás es ilusión y en el camino la pierden.
Ojala algún día se desengañe de esa ambición de poder y regrese a ser el mismo.
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